domingo, 31 de mayo de 2020

Reseña: un sofá y un invitado en casa que debemos conocer

Título: Venía con el sofá
Editorial: Buenas noches
Autor e ilustrador: David Slonim
Año: 2009
País de edición: Colombia


‘‘Venía con el sofá’’, es un libro álbum lleno de emoción y curiosidad, pero ¿qué queremos decir con eso? Con libro álbum nos referimos a que el texto no se entiende por sí solo, sino que hacen falta imágenes para tener mayor claridad de lo que sucede y así lograr proporcionar una información que las palabras omiten. Las ilustraciones complementan el texto (Shulevitz, 2005). 

Este cuento nos presenta la historia de una familia que está en la búsqueda de un cómodo y lindo sofá para su hogar. Sin embargo, al lograr comprar lo que tanto necesitaban, se percatan de que viene con un desconocido invitado. La familia vive constantemente con la duda de quién será ese extraño individuo e intentan sacarlo de su casa de mil maneras posibles, pero el sujeto pareciera no hablar ni moverse. Un día, sucede algo increíble e inesperado. ¿Qué habrá sido? ¿Será que finalmente la familia descubre el gran misterio?

La narración es bastante buena porque tiene elementos que logran que se vuelva mucho más interesante. Si nos referimos al texto, podemos observar que se tiene un vocabulario simple, el cual logra ser comprendido de fácil manera. Respecto a los párrafos, podemos ver que estos van de 1 a 4 líneas de texto, lo que es beneficioso para la lectura personalizada de niños más grandes, pues, según Colomer (1999), los párrafos cortos se adaptan a las necesidades que tienen los niños de leer rápidamente para lograr recordar hechos relevantes durante la lectura.

La sucesión de acciones es rápida, pasando de una eventualidad a otra, pensado para enfocarse en las imágenes que son las que nos guiarán en la lectura, ya que el texto expone muy poco, solo el contar del narrador y el diálogo. Se nos cuenta la historia desde la visión de una protagonista, lo que nos acerca aún más a lo que se plantea como es el vivir en el texto.

Gracias a la ilustraciones y ubicación del texto en las distintas páginas, se logra crear un ritmo que ayuda a quitar la monotonía que se puede producir en la lectura, lo cual provoca emociones en el lector, además de una expectación constante por lo que ocurrirá. Según lo que dice Colomer (1999), el efecto de sorpresa hace que se interrumpa el relato y lo suspende de forma momentánea para, luego, volver a la continuidad.

El escrito está destinado, especialmente, para niños entre los 0-6 años, porque las ilustraciones predominan por sobre el texto, lo que ayuda a que los infantes logren interpretar y utilizar su imaginación. Sin embargo, es apto para leerlo entre toda la familia porque se puede llegar a una interacción interesante al hacer preguntas sobre lo que podría pasar.


Autorxs de la reseña: Matías Urra y Marielly Ríos

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