Reseña: ¡un, dos, tres, mundo al revés!

Título del libro: La peor señora del mundo

Autor: Francisco Hinojosa

Ilustrador: Rafael Barajas

Ediciones: Primera Edición, México 1992; Segunda Edición, México, 1995; Primera Edición, Argentina, 2011, Segunda Edición, Argentina, 2013 

País: México, Argentina

Editorial: Fondo de la Cultura Económica

“La peor señora del mundo” es un libro ilustrado, ya que según Shulevitz (2005): “la historia en su totalidad está contenida en las palabras, que no sólo aportan la información necesaria, sino que también engloban a las ilustraciones” (p. 2). Además, menciona que el énfasis se encuentra principalmente en el relato, como bien sucede en el texto. 

Pero, ¿de qué trata este libro? En un pueblo existía una mujer a la cual denominaban “la peor señora del mundo”. Era tan malvada que los habitantes decidieron irse del lugar al no poder soportar más golpes y burlas por su parte. En una ocasión creyendo en la buena fe de esta, decidieron volver. Pero ella, aprovechando su oportunidad, construyó un muro a fin de que nadie nunca saliera del sitio, volviendo así a ser la misma malvada de siempre. Cierto día los ciudadanos determinaron elaborar un plan para poner fin a las maldades que ella les hacía, ¿Qué habrá sido? Ahora es tu oportunidad de averiguarlo. 

Este libro se plantea de manera muy interesante, ya que, en primer lugar, se destaca la calidad de la narración. En un buen relato, es fundamental que al inicio de la historia “se pueda seducir al lector y ofrecerle elementos que le permitan acoplarse al tono de relato” (Colomer, 1999, p. 164). Esto es posible apreciar en el libro cuando el comienzo que se entrega es el siguiente: “En el norte de Turambul, había una vez una señora que era la peor señora del mundo. Era gorda como un hipopótamo, fumaba puro y tenía dos colmillos puntiagudos y brillantes”. A esto podemos sumarle lo que menciona Lluch (2004), cuando dice que “el niño posee el esquema básico de los cuentos, lo aplica en la comprensión y lo utiliza para la recuperación” (p. 79). Es decir, en un futuro el párvulo podrá recurrir al imaginario que el texto le aporta y, además aplicar, cómo una mala situación se invierte a fin de que sea buena. 

En segundo lugar se destaca el narrador, que está focalizado externamente. Nuevamente como menciona Lluch (2004), se presenta con “mayor restricción del saber y debería limitarse a informar sobre los actos y las palabras que él puede captar a través de los sentidos” (p. 98). Este tipo de narrador facilita la lectura y entrega una mirada externa. El narrador no establece lo que se debe pensar. En suma, podemos mencionar que es un cuento con un relato completamente diferente a la que se acostumbra a leer, lo cual genera en el lector una expectación por lo que va aconteciendo y de qué forma se va resolviendo. 

Finalmente, podemos decir que se considera un libro adecuado para niños y niñas de 5 años en adelante, en compañía de un adulto, ya que presenta mucho texto y resulta más fácil de comprender en una lectura compartida. Aun así, al ser un libro ilustrado las imágenes que exponen pueden ayudar al niño a entender la historia más fácilmente o inclusive a darle la posibilidad de él mismo plantear cómo se desarrolla. Concluyendo, conforme manifestamos anteriormente, este libro es recomendado a párvulos, asimismo jóvenes, adultos y tercera edad, en fin, a todas las edades. Es un cuento lleno de emociones e irracionalidades que se desarrollaran como un goce literario, seduciendo a todo aquel o aquella que lo lea.

Autoras de la reseña: Yaret Cortés y Valeria Muñoz